Relojes de oro

El término «reloj de oro» es para la mayoría un tipo específico de metal, en concreto, el oro amarillo. Sin embargo, la industria también utiliza el oro blanco, rosa y rojo . Además, también existen las aleaciones propias como el oro Sedna de Omega o el Everose de Rolex, un tipo de variaciones de oro rojo. Un caso especial es el denominado Gold Magic de Hublot que combina el oro amarillo con la cerámica, y se caracteriza por su alta resistencia a los arañazos.

Hablando estrictamente, los relojes de oro son piezas con una caja fabricada en oro macizo . No obstante, también se pueden incluir en este clase de precio relojes cuya caja de acero inoxidable se baña en oro.

Un reloj de oro se fabrica a partir de una aleación. El oro puro, como el que se puede comprar en forma de monedas o barras, se utiliza en el ámbito de la relojería solo para bañar las superficies. Como se trata de un material relativamente blando, para producir las cajas, los fabricantes mezclan el oro con otros metales de tal forma que alcanzan un mayor grado de dureza y, por lo tanto, ofrecer más robustez. En algunos casos, el objetivo del color determina el tipo de aleación.

El valor de un quilate equivale a 1/24 parte en oro puro. Y, este corresponde a 24 quilates. Actualmente, el mayor grado de oro lo tienen las cajas de 18 quilates que supone 750 milésimas de oro. Es decir, las 750 milésimas de oro en una aleación representan tres cuartas partes del material total y el resto comprende otros metales. En el oro amarillo normalmente combina plata y cobre, y se suele producir un ligero cambio de color dependiendo de la proporción combinada.

El oro rojo y rosa cuentan con mayor proporción de cobre y plata, es decir, los metales responsables de alcanzar la tonalidad rojiza. Para la producción de oro blanco, sin embargo, el contenido de cobre se reduce a beneficio de la plata. Los relojes más exclusivos fabricados en oro blanco de 18 quilates se alean con platino o paladio.

En el mercado también es posible encontrar cajas de relojes con 585 milésimas de oro puro y 415 milésimas de otros metales. El material se conoce como oro de 14 quilates, sin embargo, actualmente, la mayoría de fabricantes ofrecen relojes de oro de 18 quilates. Esto también se aplica a los relojes de lujo de la categoría de precios media e inferior como Longines, Maurice Lacroix o Tissot.

Otros fabricantes revisten las cajas de dorado que aparentan ser de oro pero no lo son. Son comunes los revestidos con la técnica PVD. Las siglas corresponden a Physical Vapour Deposition (traducido al español como deposición física en fase de vapor), un proceso por el que se genera vapor metálico. El procedimiento mediante PVD puede también emplear oro y destaca por ofrecer alta resistencia.

La alternativa más extendida es el chapado dorado electrolítico por medio de la técnica de galvanización. La capa de oro suele ser muy fina, comúnmente con 20 micrómetros (micras). Recordemos que un micrómetro es igual a 1/1000 milímetros. El chapado dorado se realiza con oro de 18 o 24 quilates y es propenso a la abrasión o los rasguños, pero permite renovarse tras una revisión. El procedimiento de revestimiento mediante PVD es una técnica relativamente nueva, por este motivo, el chapado galvánico suele encontrarse en el ámbito de los relojes vintage.

Si desea comprar un reloj de oro, debe tener en cuenta el valor en quilates. Por ejemplo, 18 quilates serán siempre 18 quilates, es decir, no importa de qué fabricante provenga la indicación de pureza.

La diferencia de precio entre un reloj de oro y uno de acero inoxidable del mismo modelo puede llegar a ser considerable diferente. Un Rolex Submariner fabricado en acero, con un indicador de la fecha y sin estrenar cuesta cerca de 7000 euros. Los Submariner de oro amarillo con las mismas características alcanza los 21 000 euros.

El precio y el valor de un reloj de oro de 18 quilates depende del precio del oro . Este varía y, desde hace algunos años, se encuentra por encima de los 1000 dólares por onza (31 gramos). En verano de 2011 logró alcanzar los 1900 dólares y, actualmente, se considera improbable que se restablezca por debajo de los 1000 dólares. En la década de 1990, el valor osciló entre los 300 y los 400 dólares. Este hecho ha influido en el incremento del precio de los relojes de oro. Este metal siempre ha reforzado su papel como valor de refugio en tiempo de crisis, por este motivo, los relojes fabricados en oro son una forma segura de inversión. En el peor de los casos, el reloj será tasado de acuerdo a su peso en oro. Este escenario, sin embargo, se espera, sobre todo, en los momentos más difíciles de una crisis y en los casos en el que el precio del oro se da al alza.

En circunstancias normales, el valor de colección y el prestigio del fabricante juegan un papel crucial en la determinación del precio. Los relojes de oro de un fabricante independiente que produce sus propios calibres presenta los precios más elevados. Rolex, por ejemplo, ofrece diversas opciones más allá del icónico modelo Submariner. Otros ejemplares fabricados en otras series, como el Daytona o el Day-Date, también son una excelente opción a tener en cuenta. El Day-Date ofrece una aleación de oro blanco, oro amarillo o Everose, así como una amplia selección de cajas en diferentes tamaños.

Con los relojes Omega ocurre lo mismo. El reloj de buceo Seamaster también está disponible en oro de 18 quilates. Además, Omega ofrece una amplia selección de elegantes relojes de oro en la colección De Ville.

Patek Philippe apuesta fuertemente por las piezas en oro. Ninguna otra prestigiosa marca suiza basa la fabricación de relojes en este valioso metal como esta manufactura familiar ginebrina. Una de las colecciones más icónicas de la casa es la serie Calatrava.

Patek Philippe pertenece al grupo de los fabricantes que no solo producen las cajas de los relojes en oro, también producen partes importantes del movimiento en este material. Uno de los elementos que más destaca es, por ejemplo, el rotor del movimiento automático que a menudo luce acabados o grabados. Por su parte, Rolex fabrica en oro blanco los índices de la esfera —incluso en los modelos con una caja de acero inoxidable—. Este procedimiento no solo cumple un fin estético, sino funcional; el oro no se desgasta y su aspecto perdura en el tiempo.

Según la tradición, el primer reloj de pulsera fabricado en oro macizo provino de Girard-Perregaux y pasó al emperador Guillermo I de Alemania en el año 1879. De los cerca de 500 000 relojes de oro que se producen cada año, 90 por ciento proviene de Suiza . En este sentido, Rolex ocupa una posición predominante: 200 000 relojes de oro provienen de este fabricante. En la producción anual de 800 000 relojes Rolex, una cuarta parte son relojes de oro. Además, la fabricación de las cajas se realiza en la fundición de la compañía. Este metal precioso juega un papel importante en la manufactura de lujo Patek Philippe. Los relojes de oro predominan en el catálogo de Patek y no se suele encontrar un gran número de modelos fabricados en acero inoxidable. Sin embargo, esta situación se presenta de manera opuesta en la mayoría de las marcas en el que el oro como material precioso permanece como una excepción. No obstante, los relojes bicolor se ofrecen como una solución intermedia. Estos se fabrican con piezas que combinan el acero inoxidable y el oro. Rolex denomina esta variante Rolesor.