Relojes de buceo

Antiguamente, los relojes de buceo se utilizaban como instrumentos especiales para los submarinistas. Sin embargo, con los años han conseguido convertirse en un artículo —casi— cotidiano. La funcionalidad, técnica, la robustez y el grado de hermeticidad son las principales características que se tienen en cuenta a la hora de comprar un reloj de este tipo. Los relojes de buceo deben cumplir las exigencias establecidas en la norma ISO 6425 o en la DIN 8306 (certificación alemana). Uno de los requisitos mínimos con los que debe contar este instrumento es una grado de resistencia al agua de 200 m (20 bar).

Para evitar las filtraciones de agua, cuentan con boquillas roscadas que permiten atornillar tanto la caja como la corona. Los cronógrafos también presentan pulsadores con estas características. Junto con las juntas tóricas, estos elementos enroscados se encargan de mantener el reloj totalmente hermético e impermeable.

Algunos relojes de buceo suelen incluir una válvula de helio necesaria para la práctica de buceo de saturación. De esta manera, el helio puede escapar a través de esta válvula sin causar daños al reloj.

Una de las características indispensables de un reloj de buceo es, sin duda, el bisel giratorio unidireccional con minutería y marcadores de cinco minutos.

Este elemento ayuda a llevar un registro del tiempo de inmersión para controlar el ascenso a la superficie. Como el reloj solo permite girar el bisel en el sentido contrario a las agujas del reloj, evita que permanezca bajo el agua más tiempo del previsto.

La seguridad es un aspecto muy importante en el diseño de estos relojes. Un diver debe ser legible bajo el agua y en condiciones de poca luz o en ambientes totalmente oscuros. Por eso cuentan con agujas e índices luminiscentes. Muchos también integran un segundero luminoso que sirve como un control de funcionamiento. Es decir, con él es posible verificar si el reloj está funcionando correctamente. Entre los requerimientos también se incluyen otros puntos como la resistencia a los impactos, así como el grado de sensibilidad a los cambios de temperatura y al magnetismo. En total, los relojes tipo diver deben reunir más de 20 criterios diferentes.

Si está buscando un reloj tipo diver, el mercado le ofrece un amplio abanico de posibilidades. Casi todas las firmas ofrecen relojes de este tipo en su catálogo.

Pero, ¿cuál es el mejor reloj diver del mercado? Esta pregunta no es fácil de responder. El Rolex Submariner es sin duda el más conocido. No solo es un símbolo de estatus, también es un reloj que sirve como inversión. El Sub está disponible con o sin fecha, en acero, oro blanco y amarillo, así como versiones bicolor. Dependiendo de la edición que elija, el precio de estas joyas relojeras suele oscilar entre los 6.000 y los 25.000 euros. El precio de los modelos vintage de los año 50 y principios de los 60 asciende fácilmente a los 79.000 euros, siempre y cuando se encuentren en buen estado de conservación.

El Fifty Fathoms de la casa Blancpain goza de un gran prestigio entre los profesionales del sector. Su reputación es casi tan legendaria como la del Rolex Submariner.

Se considera el primer reloj de buceo del mundo porque no solo era resistente al agua, sino que además se desarrolló para satisfacer las exigencias de los buzos. También ofrece una amplia selección de modelos. Los relojes de tres agujas fabricados en acero rondan los 4.000 euros, mientras que los cronógrafos de oro alcanza los 23.000 euros.

El Seamaster de Omega y el Superocean de Breitling son modelos que también llevan 60 años fascinando a los entusiastas de la relojería.

Ambos ofrecen la posibilidad de elegir entre una variada selección de modelos y versiones con una gama de precios igualmente diversa, que suele encontrarse entre el rango de los 1.000 euros (modelo básico) hasta los 30.000 euros (complicados modelos de oro o platino).

Los relojes de buceo no solo se producen en Suiza. Los modelos de la casa alemana Sinn también gozan de una excelente reputación. Los buzos profesionales admiran especialmente los relojes de la serie 'U', que utiliza acero de submarinos para construir la caja, y cuyos ejemplares son considerablemente más asequibles, con precios que oscilan entre los 1.690 euros y los 2.900 euros.

Lo mismo ocurre con la marga de japonesa Seiko. La colección Prospex ofrece una amplia selección de relojes de buceo robustos con una excelente relación calidad-precio. Algunos modelos cuestan menos de 500 euros, sin embargo, aquellos relojes más tecnológicos como el Spring Drive de Seiko pueden costar más de 3.000 euros.

El Luminor la casa italiana de relojes de lujo Panerai, goza de un estatus de culto. Esta compañía ha estado desarrollando relojes para uso subacuático desde la década de 1930. Su forma de cojín angular y su gran protector para la corona son los elementos característicos y más llamativos. Inicialmente, su uso se reservó de forma exclusiva a la Marina italiana, sin embargo, con el tiempo encontraron salida al mercado general. El único y verdadero reloj de buceo de la familia Panerai es el Luminor Submersible, ya que es el único reloj que cuenta con un bisel de buceo. Todos los demás relojes del catálogo prescinden de esta función. El precio de un Luminor se encuentra entre los 5.000 y los 6.000 euros.

El grado de hermeticidad en más que un lujo. Si penetra humedad en la caja del reloj, los daños no tardarán en manifestarse. De hecho, el tipo de mecanismo no juega ningún papel crucial. En los relojes mecánicos, el agua elimina el lubricante de los rodamientos y corroe las piezas. Los relojes de cuarzo requieren electricidad de pilas o células solares. Por lo tanto, son igual de frágiles que los tradicionales con un movimiento mecánico. Una vez que sus componentes electrónicos entran en contacto con el agua, dejan de funcionar.

La relación entre los relojes de buceo y la resistencia al agua, que suele hacerse en metros, sirve para interpretaciones equivocadas. Esta indicación simplemente corresponde a la presión que un reloj puede resistir en una profundidad específica. Un reloj que ofrece 30 m de resistencia al agua, es capaz de resistir un poco de lluvia o gotas de agua al lavarse las manos. Esta información señala que el reloj soporta 3 bares de presión. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que las actividades como nadar o mantener el reloj en contacto directo con el agua debajo del grifo puede exceder fácilmente los 3 bares de presión y perjudicar gravemente la pieza. La práctica de deportes acuáticos como el esquí, el surf o el rafting son actividades que también exigen una alta resistencia al agua que, por lo general debe ser de al menos 100 m (10 bar).

Un reloj de buceo debe revisarse periódicamente. Es importante comprobar regularmente su hermeticidad, sobre todo en los relojes de segunda mano en cuyo momento de compra no se pudo garantizar su resistencia al agua. La era de la tecnología ofrece ordenadores de buceo. La mayoría de los submarinistas suelen llevar un reloj de buceo solo a modo de apoyo. Sin embargo, es fundamental garantizar su perfecto funcionamiento.

¿Qué casa fue la primera en desarrollar el primer reloj de buceo del mercado? Para esta difícil pregunta existen varias respuestas. En el año 1926, Rolex patentó el principio de atornillar y sellar la corona y el fondo de la caja del reloj con boquillas roscadas y juntas. La nadadora inglesa Mercedes Gleitze fue la primera en poner a prueba el Rolex Oyster cruzando el canal de la Mancha en octubre de 1927. Con este evento publicitario Rolex logró demostrar con éxito las excelentes prestaciones de la pieza que se convirtió en el primer reloj resistente al agua de la historia.

El primer reloj desarrollado para permanecer largos periodos de tiempo bajo el agua fue el Omega Marine. La caja cuadrada de este reloj constaba de dos partes de diferente tamaño que al deslizarse se juntaban o podían separar. Esta construcción de doble caja era capaz de resistir la presión del agua de forma más adecuada. En el año 1937, el Omega Marine adquirió el primer certificado oficial de estanqueidad que ratificó sus 135 m de hermeticidad.

En la década de 1950, el desarrollo en este ámbito consiguió que los relojes resistieran una profundidad de 200 m. En el año 1953, los icónicos Rolex Submariner y el Blancpain Fifty vieron la luz. Tanto la construcción como el aspecto de estos modelos determinaron el concepto de reloj de buceo que conocemos en la actualidad. Ambos relojes estaban equipados con un bisel giratorio para controlar los tiempos de inmersión. No queda claro si el Submariner o el Fifty Fathoms fue el primer reloj de buceo moderno de la historia y, hasta la fecha, la polémica sigue vigente. Estos legendarios rivales no tardaron en conocer otros interesados en competir por la conquista del universo submarino. En 1957, Breitling presentó el Superocean y Omega lanzó el Seamaster 300.

La demanda de relojes de buceo empezó a originarse debido al desarrollo y aumento de operaciones en la superficie marina. La construcción de oleoductos y plataformas en altamar, junto a los grandes intereses económicos y territoriales, jugaron un papel crucial. El ejercitó empezó a exigir relojes a prueba de agua para sus comandos navales. Años después, empezó el «boom» del turismo de buceo que se convirtió en una actividad deportiva común para millones de personas. Estas robustas y sólidas piezas se presentan actualmente como relojes deportivos y símbolo de estatus que empujan el mercado para convertirse en codiciados artículos de lujo.