Nuestros relojes de cuarzo de alta gama favoritos

Como a muchos entusiastas de la relojería, nos encantan los ejemplares mecánicos en particular. Hay muchos motivos para ello, incluyendo su significado histórico y maestría artesanal. Además de gozar de una amplia e impresionante historia, los modelos mecánicos son increíblemente precisos. Si el reloj cuenta con un fondo de cristal de zafiro, el movimiento también puede ser una obra de arte digna de ver.

No obstante, en las décadas de 1970 y 1980 se experimentó un cambio de tendencia en masa hacia los relojes de cuarzo. Seiko lanzó el primer reloj de cuarzo del mundo, el Astron, en 1969. Este modelo permanece en el catálogo de Seiko a día de hoy. La mayor ventaja de los relojes de cuarzo es su inigualable precisión. El hecho de que tuvieran unos precios de venta más bajos también los hizo más atractivos en su momento. Como consecuencia, la industria relojera suiza sufrió un gran revés. Durante la denominada «crisis del cuarzo», cerca del 60 % de todas las compañías de relojes cerraron sus puertas. Para salvar la industria, los dos mayores grupos relojeros se fusionaron en lo que más adelante se convirtió en el grupo Swatch.

Relojes de cuarzo vs. mecánicos

Si no está familiarizado con la diferencia entre los tipos de movimiento, esto es lo que tiene que saber: como su nombre indica, los relojes mecánicos están compuestos por completo de piezas mecánicas. Hay una platina y un tren de engranajes que está impulsado por un muelle dentro de un barrilete. Para evitar que el muelle se descargue de golpe, la energía se transfiere de forma gradual a través de un volante y un escape. Los movimientos oscilan a diferentes frecuencias, siendo 28 800 A/h (alternancias por hora) una frecuencia particularmente común. Esta fuente de energía constante es la que aporta al segundero su distintivo movimiento de barrido. Aunque a primera vista puede parecer que se la aguja se desliza sobre la esfera, en realidad va saltando múltiples veces por segundo, en función de la frecuencia.

Por otra parte están los movimientos de cuarzo. Estos calibres obtienen su energía de una batería. Esta envía una corriente a un microchip, lo que hace que un cristal de cuarzo vibre a 32 768 hercios. A continuación, estas vibraciones se convierten en impulsos eléctricos que activan un motor una vez por segundo. Este motor eléctrico mueve un tren de engranajes mecánico que está conectado a las manecillas. Los relojes de cuarzo son fáciles de reconocer, pues sus segunderos avanzan una vez por segundo.

Si bien la gente suele asociar los relojes de alta gama con movimientos mecánicos, hoy en día también se pueden encontrar relojes de cuarzo de lujo con precios mayores que algunos modelos mecánicos «medios». A diferencia de sus baratos predecesores, estos exclusivos relojes de cuarzo reciben el mismo nivel de acabado que sus equivalentes mecánicos.

Rolex Oysterquartz

Aunque el diseño del Oysterquartz no es comparable con el de ningún otro Rolex, su origen sigue siendo obvio. Su caja con forma de cojín se funde a la perfección con el brazalete integrado. A pesar de sus dificultades en Europa, este reloj tuve un gran éxito en el mercado asiático y americano. Rolex creó varios modelos del Oysterquartz en las colecciones Date y Day-Date.

Durante sus 25 años de producción, Rolex diseñó numerosas variaciones del Oysterquartz, desde ediciones de acero inoxidable y bicolores a versiones de oro macizo. Cada reloj estaba combinado con uno de sus icónicos brazaletes, como el Oyster, el President o el Jubilee. También existen modelos más exclusivos, con joyas incrustadas, así como versiones con elementos especiales de diseño, como el 19028 con brazalete y bisel Pyramid.

Grand Seiko Heritage Quartz

En otras ocasiones ya hemos hablado sobre Grand Seiko y sus impecables acabados. Uno de sus elementos de diseño más famosos es la técnica de pulido Zaratsu. El nombre «Zaratsu» proviene de las máquinas de pulido Sallaz que Seiko adquirió en la década de 1950. En Japón, el nombre de esta marca se pronunciaba «zaratsu»; así nació el término. Si alguna vez tiene entre manos un Grand Seiko, asegúrese de examinar detenidamente el acabado, y trate de ver la diferencia.

Seiko ofrece relojes Spring Drive mecánicos, de cuarzo e híbridos. Grand Seiko también crea modelos Heritage con movimientos de todo tipo, así que hay algo para cada persona. Mi versión de cuarzo favorita es la SBGV239 con esfera rayos de sol en un precioso azul oscuro.

Audemars Piguet Royal Oak Quartz

El Audemars Piguet Royal Oak no necesita introducción. Diseñado por Gérald Genta en 1970, ha mantenido un diseño consistente desde entonces. Todavía conserva su distintiva forma octogonal y ocho tornillos en el bisel. El brazalete se integra en la caja a la perfección. La combinación de superficies pulidas y cepilladas juega elegantemente con la luz, al igual que la deslumbrante esfera «Tapisserie». Este es un reloj para admirarlo de cerca.

Del mismo modo que el Rolex Oysterquartz, el Royal Oak Quartz está disponible en diversos materiales. Si busca algo incluso más lujoso, existen modelos con biseles engastados con diamantes y versiones completamente recubiertas de diamantes. Audemars Piguet introdujo recientemente ediciones de oro esmerilado («Frosted Gold») de sus relojes, incluyendo las ediciones de cuarzo.

Reflexiones finales

Si echo un vistazo a mi propia colección, he de admitir que la mayoría de mis relojes tienen movimientos mecánicos (si no contamos mis Swatches y G-Shocks). Sin embargo, también hay unos pocos ejemplares de cuarzo que me encanta ponerme de vez en cuando. Un ejemplo es mi Speedmaster X-33, una elección popular entre astronautas. Aunque a los relojes de cuarzo quizá les falte un poco de esa «magia» relojera que tanto nos gusta, algunos modelos siguen siendo adiciones dignas de cualquier colección.