
La colección Black Bay es la más prestigiosa del catálogo de Tudor. Los armoniosos diseños retro y la tecnología precisa distinguen esta línea. Los modelos más destacados se fabrican en bronce y alojan calibres de manufactura.
En el año 2012, Tudor presentó uno de los relojes más simbólicos de la colección Heritage, el Black Bay. Siguiendo los valores de la marca, la colección se caracteriza por equilibrar una estética sumamente atractiva con la alta fiabilidad a un precio realmente cautivador para el mercado. Esta fue justamente la idea que el fundador de Rolex, Hans Wilsdorf, proyectó al crear esta empresa. Tudor rescata la estética vintage de su emblemático modelo Oyster Prince Submariner del año 1954 y dota a los ejemplares nuevos de un cristal abombado, una corona de gran tamaño sin protección y la característica aguja Snowflake ("copo de nieve") con su anguloso estilo. Desde el 2016, la casa equipa en casi todos los Black Bay calibres de manufactura que ofrecen una asombrosa autonomía de 70 horas y un certificado del Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC).
Presentado en la Baselworld de 2017, el Black Bay Chrono es uno de los modelos más destacados. El cronógrafo de rueda de pilares con calibre de manufactura ostenta un certificado de cronómetro y ofrece casi 3 días de autonomía. Otro modelo que marca tendencia es el reloj de bronce Black Bay Bronze y el bicolor Black Bay S&G que combina el acero inoxidable con el oro amarillo. Además, aquellos que deseen cambiar la pulsera de su Black Bay podrán hacerlo sin problema porque Tudor ofrece un set con una correa de textil adicional.
Los precios de un Tudor Black Bay sin estrenar se encuentran entre los 1900 y 6500 euros. El modelo más caro es el Black Bay Bronze Blue, la edición exclusiva de Tudor y la prestigiosa joyería Bucherer, mientras que el Black Bay 36 se presenta como el modelo más asequible de la colección. Este reloj retro remite con su bisel pulido al Rolex Explorer y, por lo tanto, no se trata de un reloj de buceo. En el interior de este reloj deportivo, que también está disponible con una caja de 41 mm, late el calibre 2824 basado en ETA. La versión de 41 mm no es mucho más cara y utiliza el mismo movimiento.
Modelo | Referencia | Precio (aprox.) | Cronómetro |
Black Bay Bronze Blue | 79250BB | 6500 € | ✓ |
Black Bay Chrono | 79350-0001 | 3900 € | ✓ |
Black Bay S&G | 79733N-0002 | 3700 € | ✓ |
Black Bay Dark | 79230DK-0005 | 3400 € | ✓ |
Black Bay Bronze | 79250BM-0001 | 3200 € | ✓ |
Black Bay Steel | 79730-0001 | 2900 € | ✓ |
Black Bay 41 | 79540-0001 | 2200 € | – |
Black Bay 36 | 79500-0001 | 1900 € | – |
Actualmente existen varias versiones del reloj de buceo Tudor Black Bay. La primera edición, lanzada en el 2012, contó con un bisel de color rojo. Dos años más tarde le siguió el Black Bay Blue con un anillo giratorio de color azul y, en 2015, la manufactura ginebrina lanzó el anhelado modelo Black Bay Black con un bisel de color negro. En el año 2016, se presentaron los Bronze con una caja de aluminio y bronce y las versiones Dark con una caja y un brazalete de acero inoxidable tratados con PVD. Desde 2017, la colección incluye una versión bicolor, el Black Bay S&G y el Black Bay Steel con un bisel de acero inoxidable. Cada variante está disponible con un brazalete de acero o una correa de piel y, como hemos dicho anteriormente, los Black Bay incluyen una correa adicional de tela.
Un Tudor Black Bay de segunda mano con una correa de piel se encuentra en el mercado partiendo de los 2200 euros, mientras que los modelos sin estrenar alcanzan los 2400 euros. Si desea la versión con el brazalete de acero, debe invertir 200 euros más. Uno de los modelos más recientes con el calibre MT5602 y sin ventana para la fecha también se encuentra en la categoría de los 2600 euros. Si prefiere un reloj con función de fecha, échele un vistazo al Black Bay Steel o al modelo bicolor S&G. Sin estrenar, estos últimos cuestan, con una correa de estilo "desgastado", cerca de 2800 euros. El reloj con un brazalete de acero y oro ronda los 3700 euros. El modelo Steel con un bisel de acero y una correa de cuero, en estado nuevo, cuesta aproximadamente 2600 euros, mientras que la versión con pulsera de acero asciende a los 2900 euros.
Los relojes Tudor Black Bay que marcan tendencia son las versiones de bronce y los modelos con una estética completamente negra, Black Bay Dark. Para fabricar este reloj, la manufactura suiza utiliza la técnica PVD (Physical Vapour Deposition) o deposición física en fase de vapor, para revestir la caja y el brazalete de una tonalidad negra que le confiere un aspecto deportivo y sobrio a la vez. Los modelos con un brazalete de metal cuestan 3400 y las versiones con una correa de piel rondan los 3200 euros.
Los denominados relojes de bronce de Tudor están disponibles en una versión estándar que incluye una correa de piel marrón con dos pulsera adicionales de textil. La caja fabricada en una aleación de aluminio y bronce, presenta un tamaño de 43 mm y un acabado satinado. Con el paso del tiempo, este material forma una pátina que recuerda a los históricos barcos y equipos de buceo y otorga al reloj un estilo inigualable. El Black Bay Bronze se encuentra en la categoría de precio de los 3200 euros.
El Tudor Black Bay Chrono es otro modelo que no pasa desapercibido. Este cronógrafo automático con dos subesferas y una ventana para la fecha se lanzó en el año 2017. Aloja el calibre de manufactura MT5813 que, como los movimientos de tres agujas, ofrece una autonomía de 70 horas. El mecanismo del cronógrafo funciona a través de una rueda de pilares que ofrece mayor calidad y goza de mayor prestigio que el sistema de levas alojado, por ejemplo, en el Valjoux 7750. El MT5813 basa su construcción en el B01 de Breitling que, entre otros, oscila en la versión actual del Navitimer. Sin embargo, Tudor modifica el B01 de tal manera que monta su propio rotor y una espiral del volante fabricada en silicio que ofrece mayor precisión. Como compensación, la casa suministra a Breitling el calibre automático de tres agujas MT5612 desarrollado por ellos mismos.
Gracias a la corona, los pulsadores y el fondo atornillados, el Tudor Black Bay Chrono garantiza un grado de hermeticidad de 200 m (20 bar). Inspirados en los primeros relojes de buceo de la manufactura, graba el valor de la resistencia al agua en un tono rojo. Además, el reloj incluye un bisel con una escala taquimétrica que sirve, por ejemplo, para determinar la velocidad. Con la ayuda de un contador colocado a la altura de las 3 en punto, el reloj permite cronometrar tiempos de hasta 45 minutos. El pequeño segundero se posiciona a las 9 y la ventana para la fecha se visualiza a las 6 en punto. Como dato curioso, cabe destacar que la aguja Snowflake, que sirve para marcar las horas, cubre el contador de los minutos cuando se encuentra entre las 2 y las 4 horas.
Como los otros modelos de la serie Black Bay, el cronógrafo está disponible con una pulsera de acero o piel y una correa adicional de tela. La versión con correa de cuero marrón ronda los 3600, mientras que las versiones con un brazalete de metal se encuentra en el rango de los 3900 euros. Si comparamos, un Navitimer 01 nuevo, que aloja el mismo calibre base, cuesta al menos 5000 euros.
Aquellos que estén buscando un reloj deportivo, recomendamos el Tudor Black Bay 41 o el Tudor Black Bay 36. Como su nombre indica, estos dos modelos se diferencian en el tamaño de la caja. A través de un bisel fijo y pulido fabricado en acero inoxidable, resultan visualmente un poco más formales que los relojes de buceo y cronógrafos convencionales. Además, gracias a los 150 m (15 bar) de hermeticidad, estos relojes son perfectos para nadar. En su interior late el calibre 2824, un movimiento que no es de fabricación propia. Cuenta con 38 horas de reserva de marcha y las pulseras están disponibles en acero inoxidable o piel. Nuevos, los ejemplares de 36 mm cuestan menos de 2000 euros, independientemente de la pulsera que elija. La versión de 41 mm solo es un poco más cara y alcanza los 2200 euros.
Si desea saber si en su Tudor Black Bay oscila un calibre de manufactura, échele un vistazo a la esfera. A la altura de las 6 en punto, debajo de la leyenda que indica el grado de resistencia al agua se encuentra la inscripción "Chronometer officially certified". Los relojes producidos antes del 2016 cuentan con la inscripción "Rotor Self-Winding". En los modelos Black Bay S&G, Steel, Chrono, Dark y Bronze tienen la ventaja de alojar movimientos de fabricación propia desde el principio.