Cuando el Tudor Black Bay 58 se introdujo en azul el 1 de julio de 2020, se formaron rápidamente dos bandos: el primero estaba (y sigue estando) convencido de que con su Black Bay 58 azul, Tudor está tomando el mismo camino «aburrido y poco innovador» que su hermano mayor Rolex, al ofrecer un modelo que se ha modificado muy ligeramente (el color) y dejando el resto intacto. Mucho hype para tan poca innovación.
El otro bando, en cambio, se alegró de que Tudor estuviera cumpliendo el sueño de muchos fans: ampliar el Black Bay 58, lanzado en 2018 después de un proceso lento pero seguro, a una gama de modelos completa con varias variantes. De hecho, es aquí donde muchos ven el primer paso decisivo para caminar hacia otros modelos y otras complicaciones del BB58 con caja redimensionada más pequeña que incluye fecha, cronógrafo y, por supuesto, otros colores.
Honestamente, debo confesarles que pertenezco al segundo grupo. Sin embargo, que no les quepa duda de que en esta reseña no solo habrá elogios al Tudor Black Bay Fifty-Eight Navy. Explicaré de manera sincera todo lo que noté al llevarlo cada día del mes (especialmente confrontándolo con el BB58 negro).
La experiencia de llevarlo
Durante mucho tiempo, fui de la opinión de que los relojes Tudor eran muy grandes e imponentes. Bonitos, pero demasiado grandes. Además, desafortunadamente también creía que Tudor no era más que una imitación de Rolex, así que me costaba tener en consideración el Black Bay Fifty-Eight. No obstante, cuando me puse el 58 por primera vez (en aquella época negro), me sorprendió mucho. Por aquel entonces también tenía un Submariner No-Date y debo admitir que, desde el principio, me gustó más el Black Bay Fifty-Eight.
La caja es más pequeña y delgada que el (ahora postmoderno) Submariner 114060. Además, el tamaño de su caja resultó ser perfecto para mi muñeca con un diámetro de 170 mm.
A diferencia de muchos otros relojes, este modelo no se ve muy grande y es muy cómodo de llevar. Para ser honesto, ningún otro reloj me queda tan bien como el Tudor BB58, aunque continúo prefiriendo mis relojes Rolex.
Dimensiones exactas del Black Bay Fifty-Eight
Diámetro: 39 mm
Distancia entre las asas: 47.75 mm
Grosor: 11.9 m
Asa: 20 mm
Sin embargo, también hay desventajas cuando se usa el Black Bay 58, principalmente debido a la correa o la hebilla.
Primero, se incluyen unos remaches falsos en el brazalete, con la intención de aportarle al Black Bay Fifty-Eight un carácter vintage. No obstante, muchos amantes de los Tudor, y yo me incluyo, piensan que podrían haberse omitido, puesto que son innecesarios y meramente decorativos.
En segundo lugar, la hebilla tiene un acabado más grande que otros relojes situados en este rango de precios. Principalmente los agujeros, que sirven para un ajuste preciso, confieren un aspecto de poca calidad que ofrece mala imagen. Esto, sin ninguna duda, tiene un efecto negativo en el aspecto general de la hebilla.
Pero lo que más me molesta cuando llevo el Black Bay 58 de manera asidua es precisamente que es el único ajuste que se ofrece, lo que significa que si quieres acomodar el brazalete unos pocos milímetros no hay otra opción que usar alguna herramienta.
Así que como prefiero llevar los relojes apretados, he reducido el diámetro del brazalete del Black Bay Fifty-Eight, aunque tiene el inconveniente de que en los días calurosos se vuelve incómodo.
Carácter y efecto
Recientemente visité una joyería en Eslovenia. Después de unas horas en la tienda, la vendedora me dijo…
«Ha sido ver como lleva en la muñeca el Tudor Black Bay Fifty-Eight y deducir que ama los relojes».
Ese día lucía el BB58 negro y lo gracioso es que en ese mismo negocio compré el azul. El cliente que lo había reservado lo canceló repentinamente.
La sensación de comodidad al llevar tanto el modelo negro como el azul es idéntica, pero su aspecto difiere de modo radical. El modelo negro irradia pura calidez y estilo vintage. El material luminoso de color arena, las manecillas e índices de oro rosa y el punto rojo en el bisel de aluminio negro mate son para mí una de las combinaciones de colores más bellas que existen en el mundo de los relojes. El modelo azul, en cambio, contrasta con esto que digo. Más bien el azul lo encuentro que da un aire estéril y poco emotivo, los acentos plateados en combinación con el material luminoso blanco puro son fríos y en general este reloj es mucho menos colorido que su homólogo negro-amarillo-rojo.
Esto nos lleva a formular una pregunta recurrente: si pudiera tener solo uno, ¿cuál preferiría? Ahora que he usado ambos relojes durante algún tiempo, preferiría la versión negra del Black Bay Fifty-Eight. Aunque la versión azul no es para nada menos hermosa, la negra de alguna manera me hace sentir mejor. Se podría decir que el reloj negro es perfecto para el verano y el azul para el invierno. Y personalmente prefiero las largas tardes de verano a los cortos días de invierno cuando el sol se pone a las 16:30.
Lo que la vendedora me dijo sobre el Tudor Black Bay 58 es, en mi opinión, totalmente correcto. El Tudor no es un reloj para presumir. Es muy discreto, pero al mismo tiempo no le falta nada. Honestamente, soy un gran admirador de la imagen de prestigio que desprenden los relojes Rolex. Me llena de orgullo cuando alguien me pregunta por mi Rolex Submariner en oro amarillo y azul asumiendo que cuesta mucho. Aunque en el fondo es solo mi ego el que quiere ser adulado porque en realidad soy un tipo más de Tudor.
Lo que quiero decir es que el Black Bay Fifty-Eight es un reloj hecho más bien para el que lo usa y no tanto para el resto de personas (excepto para los especialistas en relojes), y aunque ambos son hermosos, el Tudor tiene un sabor más honesto.
Valor y disponibilidad
Prefiero los relojes que no pierden automáticamente un 40 % de su valor cuando los usas. Así es como la compra de un reloj se convierte en una elección adulta y responsable, que además puedo justificar más fácilmente ante mí mismo. El Tudor Black Bay Fifty-Eight es uno de esos relojes porque ha demostrado ser extremadamente estable en valor y popular desde su lanzamiento.
Sin embargo, el Black Bay Fifty-Eight no es un modelo muy de moda: con un poco de paciencia, cualquiera puede conseguir uno, ya que no sucede como con casi cualquier modelo de Rolex donde existe una competencia feroz por adquirirlos.
Por lo tanto, en el caso del Black Bay Fifty-Eight simplemente deberá preguntar varias veces o acudir a varios comerciantes. Muchos amigos y seguidores me han comentado que obtuvieron el reloj sin problemas, incluso siendo nuevos clientes.
Y una vez que tenga el reloj en sus manos, podrá alegrarse de no haber tirado su dinero, ya que su valor permanece estable.
Resumen
¿Es el Tudor Black Bay Fifty-Eight en azul un artículo imprescindible? En mi opinión personal, no. Me gusta y lo llevo con gran placer. Además, me encanta especialmente cuando mi esposa y yo podemos alternar entre una y otra variante, ya que me hace sentir que somos una pareja con un verdadero amor por los relojes.
La verdad es que no creo que este modelo pueda competir con el encanto de su contraparte negra. Sin embargo, puede servir de muestra de las próximas versiones que Tudor lanzará en estos tamaños. Aquellos que aman los relojes azules y que buscan algo para uso diario, que sea robusto e incluso sumergible, no encontrarán nada mejor en este rango de precios.
Por contra, si simplemente quiere comprar el Tudor Black Bay Fifty-Eight con esfera azul por un simple tema de principios o porque es un Tudor con un valor estable, lo más probable es que lo acabe usando poco y que finalmente se aburra de él.
