¿Qué dice su Omega de usted?

Hace un tiempo echamos un vistazo a lo que dice su Rolex sobre usted, y en esta ocasión nos dedicamos a los usuarios de Omega. La manufactura relojera de Biena cuenta con una base de seguidores incondicionales que se mantienen fieles a su marca preferida contra viento y marea, aunque Omega siempre parece estar un poco eclipsada por Rolex, el favorito del público. ¿Por qué se decide la gente por el Speedmaster, el Seamaster o el Constellation? ¿Y qué dice el modelo elegido sobre su portador?

En este artículo analizamos con un poco de humor a aquellos que llevan un Omega ceñido a la muñeca.

El Seamaster Diver 300M: para aspirantes a agente secreto

Está orgulloso de poseer un Omega Seamaster Diver 300M, pero el hecho de que el reloj sea hermético hasta los 300 m, que disponga de una válvula de helio y que esté impulsado por un movimiento Master Chronometer de gran precisión no fue lo más decisivo en el momento de la compra. Por encima de todo, le importaba una cosa: que se trata del reloj de su agente secreto favorito, James Bond.

En realidad, en las novelas y las primeras películas, 007 llevaba relojes de la innombrable marca de la corona, pero estos son demasiado aburridos y anticuados para usted, con su arcaico diseño y el mismo estilo de siempre. Lo que le gusta es la nueva generación Bond, sobre todo el carismático Pierce Brosnan. Por eso ha optado por un modelo con esfera y bisel azules, como Brosnan en las películas. Cuando está en una de esas interminables reuniones en el trabajo, solo tiene que echar un vistazo a su muñeca y ponerse a soñar despierto. En sus aventuras como agente secreto, se dedica a salvar el mundo de algún supervillano malvado. Ojalá el ingenioso Q también hubiese dotado a su reloj de cañones láser, dispositivos explosivos o diminutos arpones…

El Ploprof 1200M: para buzos industriales frustrados

Una vez, de niño, vio un documental sobre buzos industriales. Le asombró el valor de los buzos que trabajaban a cientos de metros bajo la superficie con sopletes y otro equipamiento pesado. Joven e ingenuo como era entonces, lo tuvo claro de inmediato: «¡De mayor quiero ser buzo industrial!». Y no cabe duda de que hubiese hecho realidad su plan de no ser por su tendencia a la sinusitis, que le hace la vida imposible cada vez que hace un poco de esnórquel en la playa.

Pero, a pesar de que la naturaleza le haya jugado esta mala pasada, en su interior siempre ha seguido siendo un buzo industrial. Y para demostrar al resto de la oficina de qué madera está hecho, ha elegido el único reloj de buceo auténtico: el Omega Ploprof 1200M. Su nombre mismo hace que este reloj sea la elección ideal para usted. «Ploprof» procede de «Plongeur Professionnel», que en francés significa «buzo profesional». En verdad usted solo nada en seco, y el reloj no entra en contacto con el agua más que cuando se lava las manos. Pero, si quisiera, podría sumergirse con él hasta los 1200 m de profundidad para escapar del sopor burocrático del día a día.

Admitámoslo: con su enorme caja cuadrada de 55 mm x 48 mm y 17.5 mm de altura, el Ploprof no cabe bajo el puño de ninguna camisa. Y su diseño tampoco es que exude elegancia. Pero a usted no le importa, pues es un buzo profesional frustrado y eso se puede ver desde lejos.

El Speedmaster Professional Moonwatch: para astronautas aficionados

¿Es Apolo 13 su película favorita? ¿Para su próximo gran cumpleaños, le gustaría que le regalasen un vuelo con Virgin Galactic o, al menos, una visita al Centro Espacial de la NASA en Houston? Y, si no fuese por su pareja, ¿dormiría cada noche con sábanas de la NASA? En ese caso, es muy probable que lleve un Omega Speedmaster Professional Moonwatch ceñido a la muñeca. Seguramente haya apostado por un modelo estándar con esfera negra, pues, como no se cansa de destacar, es el que más se asemeja a los relojes originales que portaron Armstrong, Aldrin y Collins cuando llegaron a la Luna. El reloj es apto para principiantes y le identifica al instante como astronauta aficionado. Además, el Speedmaster ofrece una cierta sobriedad que, según usted, subraya especialmente bien su personalidad.

Secretamente, no obstante, intercambiaría al momento su Moonwatch estándar por uno de los modelos especiales Snoopy o, mejor aún, por un ejemplar del Apollo 11 50th Anniversary de oro, un reloj que atrapa todas las miradas y con el que, desde luego, no pasaría desapercibido. Y es que, seamos sinceros, le dan un poco de envidia los que llevan cronógrafos de Rolex o Breitling que se convierten rápidamente en el tema de conversación, mientras que a su reloj, con toda su relevancia histórica, apenas se le presta atención. Lamentablemente, parece estar embrujado, porque desde hace años siempre le falta dinero suelto.

El Constellation: para hacer una gran entrada

Los destellos de los flashes, la alfombra roja y el escenario: ese es su mundo. O, al menos, desde lejos. Sigue todas las retransmisiones de las grandes galas de premios en la televisión de su casa, se ha suscrito a las revistas de moda más glamurosas y siempre está al tanto de las últimas noticias del mundo de las estrellas.

Por eso sabe tan bien que los más grandes del mundo del espectáculo, del deporte y de la política sienten predilección por los relojes hermosos. Y, para sentirse un poco más cerca de sus estrellas, ha decidido que necesita un reloj de lujo. Ha optado por el Omega Constellation, porque lo que les gusta a Nicole Kidman, Eddie Redmayne, Cindy Crawford o George Clooney también es lo suficientemente bueno para usted. Seguramente, su bajo precio y el hecho de que pudiera adquirir un Constellation de un distribuidor oficial sin esperar demasiado tiempo no fueron ningún inconveniente para su decisión.

En realidad no se parece en nada a Clooney, Kidman o Crawford, pero en su círculo de amigos nadie puede robarles el protagonismo fácilmente a usted y a su Constellation.

Resumen

¿Se ha reconocido en alguna de estas descripciones? ¿O nos hemos olvidado de alguien? En cualquier caso, esperamos que le haya divertido nuestro viaje humorístico por el mundo de los aficionados a Omega. Le animamos a que nos cuente qué otros estereotipos de usuarios de relojes podríamos encontrar. ¡Hasta la próxima!