Audemars Piguet es uno de los fabricantes de relojes más reconocidos del mundo. La marca lleva fabricando los mejores relojes desde 1875 y siempre se ha mantenido como empresa familiar, lo que es una característica insólita. Uno de sus logros es conseguir que tradición y calidad vayan siempre de la mano. Aunque parezca increíble, todavía hoy cada modelo de Audemars Piguet es una obra de artesanía elaborada a mano con precisión. Al mismo tiempo, esto se combina con una apuesta insólita por la innovación, demostrando una y otra vez que la tradición y la modernidad no son contradictorias. El ejemplar más conocido de Audemars Piguet es el Royal Oak, un reloj deportivo de lujo lanzado en 1972.
Audemars und Piguet: dos familias relojeras de Le Brassus

La historia de Audemars Piguet comenzó en 1875 cuando dos jóvenes, Jules Louis Audemars y Edward Auguste Piguet, unieron sus fuerzas para fundar un taller de relojería. Tanto Audemars como Piguet nacieron en Le Brassus, una pequeña ciudad del Valle de Joux suizo. La marca Audemars Piguet fue registrada siete años más tarde, en 1881. No obstante, aunque la fábrica de relojes no se fundó hasta finales del siglo XIX, las familias Audemars y Piguet llevaban acumulando sabiduría en el arte relojero desde principios del siglo XVIII.
Los agricultores en Brassus disponían básicamente de veranos cortos y espléndidos, pero inviernos duros y largos. Dado que en invierno se hacía complicado trabajar la tierra, esto hizo que, para aprovechar mejor esta estación, algunos de los lugareños decidieran especializarse en relojería. Esta artesanía fue transmitida de generación en generación en estas familias. De esta manera, se desarrolló un tipo de tradición familiar de especial relevancia a partir de la producción de relojes en invierno. Igual que otras familias, Audemars y Piguet también utilizaron los largos inviernos para dedicarse a este bonito oficio. Al final, era solo cuestión de tiempo que décadas de experiencia consolidaran esta industria relojera, con Audemars Piguet a la cabeza.
El creciente éxito de la manufactura relojera
El fabricante de relojes Audemars Piguet se convirtió rápidamente en un importante empresario en el suroeste de Suiza. Ya en 1889, la joven empresa abrió una sucursal en Ginebra. Entre 1894 y 1899, Audemars Piguet, produjo más de 1000 relojes elaborados a mano, incluyendo cronómetros de alta complejidad. En los años siguientes, la compañía fue consolidando el éxito cada vez más. Jules Louis Audemars murió en 1918, y su socio Piguet al año siguiente. No obstante, la empresa fue continuada por la siguiente generación.
Audemars Piguet rápidamente fue consiguiendo clientes famosos como Tiffany & Co., Cartier y Bulgari. Los grandes joyeros supieron ver oportunidades de negocio en las obras maestras del fabricante de relojes suizo y, de esta manera, vendieron relojes Audemars Piguet bajo el nombre de su propia marca. Esta fue una fuente de ingresos rentable para Audemars Piguet. Hoy en día, estos relojes solo pueden ser identificados como relojes originales de Audemars Piguet por su número de serie. En 1925, el reloj de bolsillo más delgado del mundo fue creado por la marca. En 1928 fue el año del primer reloj esqueleto de esta casa. A finales de la década de 1920, debido a la crisis económica mundial, el éxito de Audemars Piguet se ralentizó. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa volvió al mercado con la invención de un modelo de cronógrafo ultradelgado. En las décadas de 1940 y 1950, la empresa finalmente se regeneró y aumentó las cifras de ventas. En 1972, el reloj más famoso de Audemars Piguet hasta la fecha, el Royal Oak, salió al mercado.
Relojes deportivos de lujo: Royal Oak y Royal Oak Offshore
El Royal Oak, llamado así en honor a un famoso velero de la flota británica, fue diseñado por Gérald Genta. Fue el primer reloj deportivo en el sector del lujo y rápidamente se convirtió en el modelo de reloj más solicitado en la manufactura suiza. Poco tiempo después, se creó una variante aún más deportiva y más grande de la línea: el Royal Oak Offshore. Este modelo también tuvo mucho éxito. Esto se debió, en parte, al hecho de que Audemars Piguet fabricó ediciones especiales limitadas de los modelos Royal Oak desde los inicios. En las películas End of Days y Terminator 3, por ejemplo, Arnold Schwarzenegger usó modelos del Royal Oak Offshore, especialmente diseñados para la ocasión.
Las variaciones de los modelos difieren tanto en el diseño como en las funciones adicionales. Una de las variantes más espectaculares de la línea es la Royal Oak Grande Complication. Este dispone de un cronógrafo doble, un repetidor de minutos y un calendario perpetuo con indicador de fase lunar. El movimiento del modelo Royal Grande Complication es extremadamente complejo de fabricar y está compuesto por más de 600 piezas individuales.
Las colecciones clásicas de Audemars Piguet: Jules Audemars, unión de tradición y estilo clásico

En Audemars Piguet, la elegancia y el estilo deportivo se hermanan y superan cualquier posible contradicción. Además de los modelos deportivos, también hay relojes de estilo muy clásico como los de la colección Jules Audemars. Su caja redonda y su esfera discreta aportan una elegancia clásica arquetípica. Inspirado en un reloj de bolsillo de 1923, Audemars Piguet, lanzó la colección Tradition en 2008. El nombre habla por sí mismo: los amantes de los relojes elegantes y atemporales encontrarán aquí modelos espléndidos. La colección incluye relojes como el Traditional Extra-Thin o el Traditional Minute Repeater Tourbillon Chronograph. Todos los modelos tradicionales presentan una caja con esquinas redondeadas. Classique, como su nombre indica, es otra colección que certifica la experiencia de Audemars Piguet en la fabricación de relojes clásicos de lujo.
Pasión por la tradición y el trabajo artesanal
Audemars Piguet es una empresa familiar en el sentido clásico de la palabra. Hasta día de hoy, la manufactura todavía depende de la familia y sigue siendo gestionada por los descendientes de sus fundadores. Esto hace que Audemars Piguet sea el fabricante de relojes más antiguo dentro de este modelo de empresas. La condición de empresa familiar independiente está estrechamente ligada al éxito de Audemars Piguet: perseguir apasionadamente un modelo propio y producir relojes de lujo innovadores al más alto nivel. Así, cada reloj de la marca combina el conocimiento, el ingenio, la curiosidad y el talento, para después transmitirlo de generación en generación a las familias Audemars y Piguet. Cada reloj es una obra de arte, elaborada a mano con precisión. Incluso hoy en día. Invertir en un Audemars Piguet es invertir por algo eterno.
Tradición no significa conservadurismo
Audemars Piguet es el ejemplo perfecto para mostrar que tradición no significa ni estancamiento creativo ni una mera gestión de los logros del pasado. Hace más de 40 años, en 1972, el Royal Oak sorprendió al mundo de la relojería y, a pesar de la ausencia total de metales preciosos y de un precio bastante considerable, sigue influyendo hoy en día en la categoría de los relojes deportivos de lujo. En 1993, el Royal Oak Offshore agitó el panorama gracias a su apariencia ostentosa. Con su diámetro de 42 mm, increíble en aquel momento, revolucionó las dimensiones estándar habituales y transformó los gustos estéticos; por ejemplo, impresionó al diseñador de la versión original Royal Oak, Gérald Genta. El offshore, por tanto, también supo conquistar la fama, y ahora es una parte integral de la colección.
La provocación como principio

Audemars Piguet participó de nuevo en el SIHH 2019 en un intento de sorprender al público de la industria relojera. La colección CODE 11.59 en vez de presentar un único reloj, exhibió toda una serie de nuevos modelos. Estos ejemplares incluían nuevos movimientos de fabricación propia (incluido el tan esperado movimiento de cronógrafo) y cajas complejas con unas partes centrales elaboradas emulando al bisel octogonal del Royal Oak. No obstante, la sorpresa se convirtió en decepción entre el público: la nueva colección, especialmente sus esferas, se percibió como aburrida e insustancial. Se habían generado demasiadas expectativas y finalmente presentaron un producto desilusionador a ojos de mucha gente. Estas fueron, al menos, las principales críticas que eclipsaron a la SIHH en la prensa especializada y las redes sociales.
Sin embargo, antes de juzgar y precipitarse es preferible recordar aquello que los críticos de 1972 y 1993 nos enseñaron sobre el éxito duradero de ciertos modelos similares lanzados aquellos años por la firma, y antes descritos. Más bien se debería reconocer la valentía de evitar atajos fáciles y la idea de intentar avanzar. No se sabe si el CODE 11.59 tiene lo que se necesita para convertirse en un icono o si alguna vez tocará el cielo como lo hizo el Royal Oak y otros. Pero estamos seguros de que Audemars Piguet seguramente volverá a sorprender, innovar y provocar.