En marzo, le preguntamos por qué su primer Rolex era también el reloj de sus sueños. En el marco de nuestro concurso, que finalizó el 29.3.2021, le pedimos que nos enviara su historia personal con Rolex. Originalmente, habíamos planeado publicar solo una de estas, pero ante las muchas historias interesantes que nuestros lectores compartieron con nosotros, hemos decidido añadir algunas más para usted hasta finales de año.
El primero fue Eric, de Austin, Texas. Puede leer la conmovedora historia de su Rolex Datejust aquí. Edward, de Australia, también nos sorprendió con la emocionante historia de su Rolex GMT Master 2.
En el siguiente artículo, David, de Australia, cuenta cómo fue su colección de cómics lo que le ayudó a conseguir su Rolex Milgauss.
Mi Rolex Milgauss
Como amante de los relojes que soy desde hace tanto tiempo, obviamente siempre fue mi sueño poder tener un Rolex.
Aunque dispongo de otros relojes en mi colección con los que me siento también muy a gusto, todos sabemos que para que una colección se vea impecable del todo es necesario aquel modelo especial con la corona en la esfera.
Con la infinidad de modelos que hay, es fácil dejarse seducir por los modelos más populares o por aquellos exhibidos por alguna celebridad en alguna portada de GQ. O tal vez a usted le atrae más ese vínculo con el deporte del motor, el tenis, el golf o cualquier otro sector en el cual el marketing juegue un importante rol. Todas son razones válidas para decantarse por esta icónica marca, y eso es lo que lo hace personal: usted elige el reloj con el que desea que le vean luciéndolo por razones que solo usted conoce.
Hace unos años vi a un compañero de trabajo luciendo un Milgauss y me enamoré inmediatamente de este reloj: llamativo desde algunos ángulos, discreto desde otros, pero a primera vista un Rolex inconfundible. Ese era el reloj con el que siempre soñaba. Y a menos que sea un experto en energía atómica o se conozca el catálogo de Rolex de memoria, mucha gente desconoce este modelo. Así que no se puede decir que haya entrado en el club de los «fanboys» al perseguir este modelo.
Esta necesidad apareció al entrar en el ecuador de mi vida. Más que la crisis de los 40, yo prefiero entenderlo como una oportunidad que me brinda la vida.
Como persona de la generación nacida entre finales de los 70 y principios de los 80, fui coleccionando multitud de artículos que con el tiempo se volvieron a poner de moda: Star Wars, Legos, cómics, todos en perfectas condiciones y muchos con el embalaje original. A decir verdad, no es que me pudiese hacer de oro con estos artículos en una subasta, pero todo estaba intacto y era coleccionable. Y como mis padres querían ganar espacio en su casa, me «animaron» amablemente a llevarme mis cosas.
Así comenzó mi obsesión durante el confinamiento por la pandemia en 2020: buscar en foros de Internet qué vender, cómo vender y cómo enumerar los detalles correctamente. El proceso se volvió un poco adictivo, pero me permitió acumular bastante dinero. Ahora, con perspectiva agradezco a mis padres la presión que ejercieron sobre mí para sacar las cosas de su casa. En aquel momento, eBay pasó a ser como mi segundo hogar (virtual).
Así que, resumiendo, después de este proceso pude dedicarme a investigar sobre el reloj de mis sueños en Chrono24. Después de pasar mucho tiempo comparando, calculando los aranceles de importación (¡cuidado con esto a la gente que se está iniciando!) e identificando vendedores creíbles, hice la compra: un Milgauss verde que solo había tenido un propietario, con toda la documentación y el embalaje originales.
Los recuerdo como algunos de los días más ansiosos de mi vida: desde el momento en que compré hasta la espera del paquete entrando por mi puerta, pasando por la abertura del paquete.
¿Sería el mismo reloj del que me había enamorado?
¿Me arrepentiría de la compra?
No había porque preocuparse. De hecho, examinándolo ahora con perspectiva, tengo que decir que el anticiparse también forma parte del proceso de alegría que produce la compra: el aumento del ritmo cardíaco y el sentirse como un niño abriendo los regalos el día de Navidad, una sensación que, si somos sinceros, no volvemos a revivir como adultos. Se lo enseñé a mi compañero de trabajo, que seguía luciendo el ejemplar original que había visto hace años, y su reacción fue interesante. «¿Por qué un Milgauss?», me preguntó. Le dije que desde el primer día que lo había visto en su muñeca, había sabido que era el modelo que quería simplemente por lo que me hacía sentir y porque cumplía a la perfección el papel que había elegido para él. Me respondió que él también había tenido una experiencia similar y que recordaba cuando había visto el modelo en un escaparate en el extranjero y había mirado ese ejemplar concreto, mientras ignoraba todos los demás modelos a su alrededor y calculaba si podía justificar la inversión.
En el fondo, eso es precisamente lo que son estos relojes: una inversión. No necesariamente motivada por razones financieras, sino más bien una inversión en una marca y en un estilo de vida asociado a este tipo de relojes. Un Rolex puede ser a menudo la pieza que falta en la colección.
La otra gran alegría que me ha proporcionado el Milgauss es el sentir las miradas de otras personas deleitando el reloj. Ya sean amigos, colegas o desconocidos, siempre me muero de emoción cada vez que veo que alguien intenta mirar de reojo mi reloj. A veces no dicen nada, a veces sí, aunque tampoco tienen por qué hacerlo.
Y para ser honesto, de vez en cuando aún me quedo embobado mirando este Rolex. Mi Rolex.