Con su diseño clásico, dimensiones moderadas y tecnología moderna, la serie Black Bay Fifty-Eight de Tudor se ha convertido en poco tiempo en una de las colecciones más solicitadas de la manufactura de Ginebra. Esta serie hace homenaje a un modelo de Tudor de la década de 1950, cuando los relojes de buceo se encontraban en los inicios de su desarrollo. Una de sus características más destacadas es el diseño de la esfera, al estilo del Rolex Submariner, con acentos dorados y agujas tipo «Snowflake» (copo de nieve). La gran demanda muestra que los relojes de diseño retro combinados con tecnología moderna están de moda, y Tudor es uno de los precursores de este sector.
De vuelta al principio: sobre el Tudor Black Bay
Los relojes de buceo con diseño clásico están en boga. Tudor, la hermana pequeña de Rolex, ya reconoció este hecho en 2011, cuando presentó su primer Black Bay en la Baselworld de ese año. El reloj tenía el aspecto característico de un reloj de buceo, tal y como lo conocemos del Rolex Submariner, pero además contaba con tres elementos exclusivos: un bisel de color burdeos, manecillas tipo copo de nieve y un diámetro de 41 mm. El Black Bay tuvo un éxito inmediato entre los aficionados a la relojería y los entendidos, y sigue siendo extremadamente popular hasta ahora, en su versión actual.
A lo largo de los años le sucedieron muchas otras variantes con diferentes colores y combinaciones de materiales. Pero, a pesar de su belleza y calidad, los modelos con 41 mm de diámetro eran y son poco apreciados entre algunos compradores potenciales. Esto se debe, por una parte, a que son demasiado grandes para las muñecas más estrechas y, por otra parte, a que la caja es bastante tosca y tiene una altura considerable. Las voces que pedían una versión más fina se hicieron cada vez más fuertes, y finalmente Tudor las escuchó.
Detalles del Tudor Black Bay Fifty-Eight
En Baselworld 2018, la manufactura presentó el Black Bay Fifty-Eight, claramente reducido. En este modelo, el diámetro de la caja mide 39 mm, mientras que la altura disminuye de 15 mm a 12 mm. Asimismo, la pulsera del Fifty-Eight es más estrecha, con solo 20 mm frente a los 22 mm de los modelos de mayor tamaño. En conjunto, estas cifras hacen que el Black Bay Fifty-Eight también luzca una apariencia muy equilibrada en muñecas más finas y lo convierten en un modelo igualmente atractivo para damas.
Como ya se comentaba antes, el Black Bay Fifty-Eight es una reminiscencia de un reloj que Tudor presentó a finales de los años 50. Más concretamente, se trata del Oyster Prince Submariner con la referencia 7924 del año 1958. Al igual que este antiguo modelo, el Fifty-Eight está fabricado en acero inoxidable y ofrece una resistencia al agua de 200 m (20 bar). Por supuesto, existen algunas diferencias obvias en cuanto a la función y el diseño. En el Black Bay Fifty-Eight, Tudor emplea una caja confeccionada expresamente para dicho reloj y renuncia al protector de la corona que incorpora la caja de Rolex del Prince.
El diseño está fuertemente inspirado en el del Rolex Submariner, lo cual no sorprende mucho, ya que Tudor es la hermana pequeña de la marca de relojes más famosa del mundo. La esfera del Fifty-Eight se mantiene en negro mate y dispone de índices aplicados con forma de bastón o punto. Llama la atención la denominada esfera «gilt», que Tudor ya utilizaba en la década de 1950. En esta, la minutería, los índices, las agujas e incluso las inscripciones lucen un cálido tono dorado. Lo mismo ocurre con la graduación en el bisel de aluminio. Por otro lado, el triángulo rojo con una perla luminiscente, ubicado a las 12 horas, es un préstamo directo del reloj original.
Una diferencia óptica se halla en la elección de las agujas. Mientras que Tudor empleaba agujas Mercedes al estilo de Rolex en el antiguo Submariner 7924, en el Black Bay utiliza unas manecillas tipo copo de nieve. De hecho, Tudor lleva usando este diseño desde finales de los años 60 en los modelos Snowflake con las referencias 9401, 9511 y 7021.
Un vistazo general a las referencias del Black Bay Fifty-Eight
El Black Bay Fifty-Eight se puede adquirir en tres variantes diferentes. El número de referencia M79030N-0001 está dotado de un brazalete de acero inoxidable de tres eslabones al estilo Oyster. Lo curioso de esta pulsera son los remaches insinuados en la parte exterior de los eslabones. Tudor se decidió por este diseño porque otras pulseras de esa misma época contaban con remaches. En el brazalete del Fifty-Eight, sin embargo, estos remaches son solo una decoración, puesto que en realidad las piezas están atornilladas. De este modo se puede ajustar a la muñeca con mucha más facilidad y es considerablemente más estable. El cierre desplegable de seguridad también es de acero inoxidable, dispone de un ajuste de precisión y, como el resto del brazalete, tiene un acabado de gran calidad.
La referencia M79030N-0003 es una variante del Fifty-Eight de apariencia más deportiva. Tudor ha dotado a este reloj de una pulsera de tela negra con una línea dorada decorativa cosida en el centro. Un detalle interesante es que Tudor encarga sus pulseras textiles a la compañía francesa Julien Faure. Desde 1886, esta empresa familiar también produce materiales y pulseras de alta calidad para otras grandes marcas como Dior, Gucci, Dolce & Gabana y Montblanc. La elaboración se realiza de forma manual y empleando antiguas máquinas de la época. La pulsera de la referencia M79030N-0002 está fabricada en cuero marrón envejecido artificialmente y cuenta con un cierre desplegable de seguridad de acero inoxidable pulido de Tudor.
El calibre de manufactura MT5402
Desde 2016, Tudor provee a todos los modelos Black Bay de calibres de fabricación propia. En el interior del Black Bay Fifty-Eight se aloja el calibre MT5402, diseñado específicamente para este modelo. Este movimiento automático consta de un certificado de cronómetro del COSC, el Instituto Oficial de Pruebas de Cronómetros Suizos, por lo que es extremadamente preciso. La reserva de marcha de 70 horas es suficiente para poder quitarse el reloj durante un fin de semana largo sin que se pare. Además, late a una frecuencia de 28 000 alternancias por hora (A/h), que es la que se podría considerar estándar en los calibres modernos. Como es habitual en un reloj de tres agujas, marca las horas, los minutos y los segundos.
Precios y evolución del valor
Como ya se ha mencionado al principio, el Black Bay Fifty-Eight es un reloj muy apreciado y solicitado, en particular la referencia M79030N-0001 con brazalete de acero inoxidable. La razón es evidente: comprar una correa de tela o de cuero original de Tudor a posteriori sale mucho más barato que adquirir un brazalete Oyster de acero. El precio medio de un ejemplar sin estrenar en Chrono24 ronda los 3600 €. No obstante, debido a la alta demanda, hay quienes piden hasta 4400 €. Si tenemos en cuenta que el precio de catálogo es de 3430 €, podemos observar que esta referencia ha aumentado claramente su precio y valor.
La referencia M79030N-0002 con correa de cuero ha experimentado un desarrollo similar. Con un precio medio de 3250 € para un ejemplar sin estrenar, esta variante también se encuentra por encima del precio establecido por Tudor de 3140 €. Y la evolución del valor del M79030N-0003 con pulsera de tela es prácticamente idéntica. Así que, si desea hacerse con un Tudor Black Bay Fifty-Eight, debe examinar el mercado y tratar de adquirir un ejemplar nuevo en el momento adecuado por el mejor precio posible. Usted tendrá que decidir si este puede ser superior al precio de catálogo, y cuánto. Si la demanda continúa siendo tan elevada como hasta ahora, podrá contar con un reloj muy refinado que retenga bien su valor. Aunque el Black Bay Fifty-Eight todavía no ha percibido una subida de precios tan marcada como la de algunos modelos deportivos de Rolex, todo es posible.
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Siguiendo la evolución del Tudor Submariner Snowflake ref. 7016/0