Por fin ha llegado el momento: para las grandes marcas de relojes, la primavera trae consigo novedades, ya sea durante la feria Watches and Wonders en Ginebra, que está a la vuelta de la esquina, o de forma independiente, a través de sus propios canales en las redes sociales. Los amantes de la relojería de todo el mundo esperan con entusiasmo los nuevos lanzamientos, y el aire está lleno de rumores. Pero, independientemente de las ferias de relojería, los deseos y las habladurías, me gustaría mostrarle tres relojes que creo que necesitan una actualización urgente.
1. Patek Philippe Nautilus ref. 5711
El anuncio del año pasado fue claro como el agua: ¡el Patek Philippe Nautilus 5711 se iba a dejar de producir! No obstante, Patek no dejó pasar la oportunidad de presentar, poco después, una variante de esta leyenda de Genta con esfera en color verde oliva (que, por su parte, también se dejó de fabricar bastante rápido). Asimismo, para conmemorar el 170.º aniversario de su colaboración con Tiffany, hace poco Patek Philippe lanzó una edición del 5711 con esfera turquesa limitada a 170 ejemplares. El primero de ellos se vendió en subasta por nada más y nada menos que 6.5 millones de dólares (unos 5.9 millones de euros).
Pero la realidad es que ya no hay ningún modelo normal de acero inoxidable del icónico 5711. Aunque el reloj resulta inalcanzable tanto para mí como para muchos otros entusiastas, de una cosa estoy seguro: el mundo de los relojes necesita un sucesor para el Patek Philippe Nautilus 5711. Y que sea de acero y con la característica esfera degradada en negro azulado. Este legendario modelo es demasiado importante para el mundo de la relojería. Por supuesto, un icono como este no debería cambiarse demasiado; la caja y el brazalete apenas deberían tocarse. No obstante, hay algunas mejoras que Patek Philippe debería realizar sin falta en caso de lanzar un sucesor del Nautilus 5711. Con un cierre mejor y más robusto ya se solucionarían los principales puntos críticos destacados por sus seguidores. Un nuevo calibre también sería imprescindible, con tecnología más vanguardista y un mínimo de 70 horas de reserva de marcha. En este caso no hace falta nada más para hacer felices a los amantes del Patek Philippe Nautilus 5711. El presidente de Patek, Thierry Stern, reveló hace poco que a los seguidores de la marca les esperan algunas sorpresas este año. ¿Nos dará una alegría con un sucesor de acero del 5711? ¿O se trata de alguna innovación totalmente diferente? En cualquier caso, podemos esperar novedades interesantes de Patek Philippe.
2. Omega Seamaster Diver 300M
El Omega Seamaster Diver 300M se encuentra entre los relojes de buceo más fascinantes de nuestros tiempos. Sin embargo, creo que ya es hora de actualizar este icono del mundo submarino. Pero con ello no me refiero en absoluto a su tecnología. Si bien Omega podría dotarle de una reserva de marcha algo más amplia, en general el Omega Seamaster 300M es irreprochable a nivel técnico y hace envidiar a muchos de sus competidores, incluso algunos bastante más caros. En mi opinión, hay dos aspectos que necesitan una actualización. Por un lado, debería introducirse un nuevo bisel de cerámica más agradable al tacto. El bisel de la versión actual no se gira con demasiada precisión y, al accionarlo, casi parece de baja calidad. Esto no hace justicia al Omega Seamaster 300M, que por lo demás es fantástico, ni tampoco parece encajar con un reloj de esta categoría. Sería maravilloso introducir un bisel de cerámica con un mejor manejo y sensación al tacto, lo que revalorizaría sobremanera este reloj de buceo de Omega.
El segundo gran punto a mejorar es, a mi parecer, el brazalete de acero, que necesita renovarse con urgencia. No cabe duda de que el Omega Seamaster 300M queda extremadamente bien con una correa de caucho. Pero el motivo por el que muchos usuarios prefieren optar por esta pulsera no solo es que le da un gran aspecto deportivo, sino también el hecho de que el brazalete de acero no es demasiado popular. A muchos les parece que queda un tanto anticuado. A mí me gustaría que viniese con un brazalete de acero más similar al del Omega Seamaster Aqua Terra. ¿No sería genial? Creo que le quedaría de maravilla al Omega Seamaster 300M. Además, destacaría muchísimo el estilo fresco y moderno del reloj. No cabe duda de que, antes o después, saldrá una versión nueva del icónico Seamaster 300M. ¿Pero nos sorprenderá Omega este mismo año con la actualización definitiva de su popular reloj de buceo?
Quizá piense que me he olvidado del lanzamiento del nuevo Omega Seamaster 300M en verde. ¡Pues claro que no! Pero, personalmente, creo que esto no cambia el hecho de que el Omega Seamaster 300M necesita una actualización. A mí me gustaría ver una versión con un brazalete y un bisel nuevos. Son dos elementos que creo que necesitan mejorar, algo en lo que coinciden muchos coleccionistas de relojes. Con esta «novedad», Omega no ha hecho más que ofrecer un color de esfera más o una paleta cromática nueva, pero el reloj en sí no ha cambiado. En mi opinión, esto no se puede considerar como una actualización, sino más bien una «adición», como también lo denomina Omega.
3. Rolex Milgauss
Hace ya más de dos años que corren rumores de que el Rolex Milgauss se va a dejar de fabricar, pero hasta el momento todavía no ha ocurrido. Y, sinceramente, me pregunto por qué: no solo me parece que está anticuado, sino también bastante desproporcionado. Por expresarlo de una forma un poco exagerada, me recuerda un poco a un Rolex Datejust inflado, pero sin la fecha. El segundero con forma de rayo, sin embargo, es interesantísimo, único e icónico. Ya era una característica distintiva del primer Rolex Milgauss allá por 1956. ¿No sería genial si Rolex se volviese a inspirar en el diseño original del Milgauss de 1956 para una nueva versión? Yo me podría imaginar este nuevo Rolex Milgauss en dos variantes de esfera: una en negro y otra en blanco. Ambas contarían con un bisel de cerámica negro con un triángulo rojo. Y tanto los elementos de la esfera como el icónico segundero con forma de rayo irían en rojo, a juego con el triángulo del bisel.
Aunque un brazalete Oyster totalmente cepillado quedaría increíble y destacaría la estética de reloj herramienta característica de la variante del Rolex Milgauss que yo me imagino, creo que un exterior completamente pulido también le podría quedar muy bien a este extraordinario icono de Rolex. En cualquier caso, a nivel técnico, la marca debería ponerse las pilas. En una época en la que Omega dota a sus relojes con calibre coaxial con una resistencia a los campos magnéticos de hasta 15 000 gauss como si no fuera un hito técnico, el nuevo Rolex Milgauss debería ser más potente que la versión actual. Rolex debería esforzarse y ofrecer como mínimo lo mismo que su eterno competidor suizo de Biena: serían imprescindibles una resistencia a los campos magnéticos de 15 000 gauss, una reserva de marcha de al menos 70 horas y hermeticidad hasta los 150 metros o más. Aunque el Rolex Milgauss siempre se ha considerado un poco como el «patito feo» de los Rolex, un modelo así podría relanzarlo a la fama y dejar entusiasmado a cualquier amante de los relojes. ¿Qué le parece mi idea de transportar el Rolex Milgauss original de 1956 a la época moderna? En mi opinión, sería un lanzamiento de lo más interesante y aportaría un soplo de aire fresco al mundo de los relojes. ¿Cree que sería demasiado pedir? Entonces me conformaría con, al menos, un Rolex Milgauss de 40 mm con bisel abombado y los mismos acentos de color en rojo. Esta sería una actualización más típica de Rolex, sin demasiados atrevimientos.
