Decir que el Cartier Tank es un icono puede parecer tópico, pero seguramente es quedarnos cortos. Ha sido un elemento básico del catálogo de Cartier durante más de 100 años y ha adornado las muñecas de más famosos que quizás cualquier otro reloj de la historia. A lo largo de las décadas, ha inspirado innumerables relojes, y el término «tank» se ha convertido en el término coloquial para designar prácticamente cualquier reloj rectangular. Pero, ¿cuál es la relación del Cartier Tank con el campo de batalla y el combate que inspiraron su diseño?
El Cartier Tank y la Primera Guerra Mundial
En 1917, durante ese último año de la Primera Guerra Mundial, el general John J. Pershing fue nombrado comandante de la Fuerza Expedicionaria Americana (AEF, por sus siglas en inglés). La AEF operaba principalmente en el Frente Occidental, que se extendía por Luxemburgo, Bélgica y Francia. En este frente se produjo una especie de impasse o tiempo muerto entre trincheras que fue finalmente roto por la AEF, que ocupó audazmente lo que se conoce militarmente como la «tierra de nadie» junto con las tropas de Francia, el Reino Unido, Australia y Canadá.
El general Pershing, graduado y posteriormente instructor de la famosa Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, ya había desarrollado una distinguida carrera antes de ser nombrado comandante del AEF. A pesar de la presión ejercida por otros ejércitos europeos para que las fuerzas americanas se limitaran a complementar a las unidades aliadas, Pershing adoptó un enfoque decididamente diferente en el entrenamiento y el despliegue de sus tropas. Aunque a veces se le criticó por su estrategia de asaltos frontales descarados y a menudo costosos, fue bajo el mando de Pershing cuando la guerra tomó otra dirección.
Así, en medio del anuncio de su nombramiento con bombos y platillos, del tumulto y la carnicería de la guerra, Louis Cartier, nieto de Louis-François Cartier, presentó el nuevo reloj Cartier Tank al general Pershing. Según cuenta la historia, durante el tiempo que sirvió en el Frente Occidental, Louis Cartier fue testigo de lo que debió ser un espectáculo realmente conmovedor como podrían ser los efectos devastadores de tanques blindados como el Mark IV británico, el Mark V y el Renault FT. Es difícil imaginar algo más intimidante en el campo de batalla que una especie de héroe como Aquiles pero mecanizado, ocupando militarmente la tierra de nadie y augurando, de esta manera, una victoria segura para sus aliados y una derrota segura para los soldados de las Potencias Centrales.
El Cartier Tank: recuerdos de Louis Cartier sobre el Frente Occidental
Según cuenta la historia, conmovido por la potencia y la modernidad de estos impresionantes tanques, Louis Cartier regresó a París y diseñó el reloj Cartier Tank. Se inspiró en la huella que dejaban los vehículos y en el carruaje que empujaba a estas máquinas de guerra por el campo de batalla. Flanqueando la esfera rectangular había un par de barras alargadas, o brancards, cuyas puntas servían de asas que conectaban el reloj a su correa de piel.
Brancard es la palabra francesa para «camilla», algo que también fue terriblemente común en el Frente Occidental. En este sentido, el Cartier Tank se asemeja más al utensilio médico utilizado para transportar a los heridos fuera del campo de batalla. Sin duda, Cartier consideraba que esta imagen habría sido demasiado horripilante para su clientela, que no quería recordar los terrores de la guerra cada vez que miraba sus muñeca.
El Cartier Tank y el Cartier Santos
Al explorar en qué se inspira el reloj Cartier Tank, encontramos una clara continuación del lenguaje relacionado con el diseño del reloj de pulsera masculino original, el Cartier Santos, creado por Louis Cartier para su amigo, el aviador Alberto Santos Dumont en 1904. La esfera cuadrada se mantiene, pero las asas del Tank son alargadas y estilizadas; el bisel industrial y los tornillos brillan por su ausencia. El resultado es un refinamiento gradual del diseño y una elegante evolución del reloj herramienta original a algo un poco más sofisticado. Es como el uniforme de gala de un soldado: adecuado para la alta sociedad a pesar de su herencia del campo de batalla.
Este fue el revolucionario reloj que se presentó al General Pershing. Los relatos difieren en cuanto a si el Tank del general era el prototipo original o una de las cinco primeras copias producidas. En cualquier caso, se acepta que el general Pershing fue la persona que recibió el reloj públicamente.
Cartier Tank: de un reloj militar a un icónico reloj de vestir
La ironía es que, más de un siglo después, el Cartier Tank ha quedado relegado en gran medida a la categoría de reloj de vestir: algo delicado y elegante, adecuado para fiestas de cóctel o cruceros nocturnos en yates de recreo con cubierta de teca. Ha adornado las muñecas de muchas personas glamurosas, desde Clark Gable hasta Jacqueline Kennedy Onassis. Andy Warhol también llevaba uno, y es famoso por afirmar que, en lugar de utilizarlo para ver la hora, lo llevaba puesto porque era «el reloj que había que llevar». Estas celebridades se podría decir que están muy lejos de lo que se serían los líderes militares más aguerridos del siglo XX.
Pero esta contradicción quizás habla de la verdadera brillantez del diseño moderno del Cartier Tank. Fue el art déco antes del art déco, moderno antes de la modernidad, un reloj que trasciende el tiempo. En los 114 años transcurridos desde que se concibió el Tank, ha ido fluyendo con los caprichos de la moda y el gusto, adoptando más de una docena de variaciones e interpretaciones de diseño diferentes. Y aunque a los usuarios actuales les parezca lo más alejado posible de un reloj militar, fue en las trincheras de la «guerra para acabar con todas las guerras» donde surgió uno de los relojes más preciados e icónicos de la relojería.
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