Hyla Bauer
Mi pasión por los relojes nació la primera vez que viajé a Basilea y Ginebra para visitar ferias de relojes. La artesanía mecánica y la belleza de los relojes expuestos me fascinó. Asimismo, el entusiasmo de las marcas sobre sus propios relojes me asombró y me continúa asombrando a día de hoy. Mi interés por las joyas empezó cuando era una niña: mi abuela poseía muchas piezas de joyería y las sabía llevar con mucho estilo. Además de la belleza en sí de las joyas, el hecho de que iban a estar en mi familia generación tras generación me fascinaba y me hizo a la vez apreciar el profundo valor emocional y personal que transmiten las joyas. Más tarde descubrí que los relojes también poseían estas características: los relojes son objetos preciosos fabricados para pasarse de generación en generación transmitiendo así historias y emociones. Los relojes son de los objetos más íntimos que uno pueda llevar, puesto que se envuelven alrededor de su muñeca y están en directo contacto con la piel. Los relojes son una forma excepcional de expresarse.