2019 es uno de los años importantes en los calendarios de la industria relojera, los aficionados y la prensa especializada. Se celebra el quincuagésimo aniversario de varios eventos de importancia histórica. El aniversario de la llegada a la Luna hace medio siglo es ciertamente el más conocido, y no es necesario ser un entusiasta de los relojes para honrar esta ocasión. Los otros dos aniversarios están mucho más unidos a la industria relojera, y uno de ellos fue el preludio de un cambio sin precedentes en este mundo.
Un aniversario casi olvidado
La crisis del cuarzo fue un periodo definitivo para la industria relojera, y pareció dar paso a las últimas horas de los relojes mecánicos. Se suele marcar su inicio con la llegada al mercado del primer reloj de pulsera de cuarzo, también en 1969.
Si no hubiera sido por esta temporal crisis del cuarzo, el tercer aniversario del que quiero hablar no habría existido. Solo algunos nostálgicos contarían la trágica historia del último esfuerzo de una industria moribunda. Pero, como todos sabemos, las cosas fueron completamente diferentes: el negocio de los relojes mecánicos volvió a florecer y mantiene su crecimiento, pese a periodos de sequía, hasta hoy. Esta es también la razón por la que el tercer aniversario, el del primer cronógrafo automático en 1969, debería estar firmemente anclado en la memoria de los aficionados de los relojes.
Pero ahora no quiero contar esta historia tan conocida, otros ya lo han hecho en innumerables variantes y en formatos más extensos. Tampoco quiero escribir sobre la compañía vencedora en la carrera por crear el primer cronógrafo automático, porque esto dependería en gran medida de lo que entendamos como «vencer» en este ámbito.
Quiero mostrar cómo los aficionados a los relojes pueden hacerse con una parte de la historia, 50 años después de la introducción del cronógrafo automático. ¿Qué modelos se pueden comprar todavía hoy a precios justos, y qué relojes modernos son dignos sucesores? Para ello, revisamos modelos antiguos y, si existen, revisiones modernas de los icónicos cronógrafos creados por los diversos fabricantes.
El primer rival: Zenith
La primera compañía que creó y eventualmente construyó un cronógrafo automático fue Zenith. El resultado fue bautizado poco modestamente como «El Primero». Este primer movimiento a menudo se considera el más agradable desde el punto de vista estético y técnico de entre los tres movimientos de cronógrafo presentados. No solo se usaba en los relojes Zenith, sino también en Ebel, Daniel Roth (ahora integrado en Bulgari) y Rolex. Aunque una versión modificada de El Primero se usó en versiones anteriores del Rolex Daytona con 28 800 alternancias/hora, este movimiento funciona clásicamente a 36 000 alternancias. Eso es lo que hace que El Primero sea considerado como un oscilador rápido. Una característica esencial para los cronógrafos, ya que incluso se pueden medir las décimas de segundo y visualizarlas correctamente.
Este movimiento es el único de esta lista que sigue en fabricación hasta el día de hoy, algo que se debe a un empleado llamado Charles Vermot que a finales de la década de 1970, antes del desguace programado, escondió las herramientas necesarias para fabricar este movimiento. El entonces propietario, Zenith Radio Corporation, quería centrarse en los movimientos de cuarzo baratos, y simplemente no veía ningún sentido en la preservación de esta línea de producción.
Gracias a la visión de futuro de Vermot, la producción del calibre pudo reanudarse tras la crisis. Como resultado, El Primero sigue siendo la columna vertebral de la colección y la identidad de la marca Zenith.
La colección actual Chronomaster El Primero presenta más de 70 modelos diferentes. Desde ejemplares simples con apariencia vintage hasta complejos relojes esqueletizados, hay mucho entre lo que elegir. Si está buscando un Zenith más juvenil o un El Primero renovado, acertará con la referencia 03.2150.400/69.M2150.
Si está buscando una ganga, puede buscar entre una multitud de modelos vintage, puesto que El Primero, como ya se mencionó, no solo se encuentra en el interior de relojes Zenith. Aunque hay muchos modelos en el mercado que cuestan entre 1000 y 2000 euros, los diseños son extremadamente típicos de los años 70 y, por lo tanto, se trata de una cuestión de gustos. El Zenith El Primero «TV Screen», resulta especialmente llamativo por su diseño, que recuerda a una pantalla de televisión y da origen a a este apodo. Aunque no es una ganga, sí es un modelo único.
El segundo rival: el consorcio Breitling-Heuer
Nombrar correctamente al segundo rival implicaría llenar varias líneas, porque no se trataba de una sola compañía, sino de un consorcio de varias compañías, en que cada una realizaba tareas diferentes.
- Heuer: Iniciación del proyecto y desarrollo de cajas/diales.
- Breitling: Financiación y también desarrollo de cajas/diales.
- Dubois-Dépraz: Desarrollo del módulo del cronógrafo.
- Hamilton-Buren: La Buren Watch Company fue adquirida por Hamilton, y era la responsable del movimiento base del micro rotor.
El resultado de esta colaboración, conocida como Chronomatic o Calibre 11, fue una sorpresa para los socios de cooperación que no actuaron como simples proveedores. El Calibre 11 era especial porque tenía un diseño modular. Esto significa que el módulo del cronógrafo se colocó como una unidad separada sobre un movimiento base. A pesar de este complejo diseño, el finísimo micro rotor del movimiento creado por Buren aseguró una altura total mínima. La colocación prominente de la corona y los pulsadores permitía reconocer que este modelo usaba un Calibre 11. La corona se colocó en el lado izquierdo de la caja, mientras que los pulsadores del cronógrafo estaban a la derecha.
Breitling estaba presente en el mercado con el Navitimer Chrono-Matic y el Chronomat, Heuer con los Carrera, Mónaco y Autavia. Hamilton presentó el Chrono-Matic, el reloj más desconocido de esta lista, pero no por ello menos atractivo para los coleccionistas.
Desafortunadamente, el movimiento original Calibre 11 o Chronomatic solo está disponible en los relojes vintage. TAG Heuer ofrece en la colección actual un calibre que alude al Calibre 11, pero que tiene poco o nada que ver con el calibre original. Se trata realmente de un cronógrafo con base ETA o Sellita. Sin embargo, el módulo aún es responsabilidad de la empresa Dubois-Dépraz.
Si desea buscar un cronógrafo con el Calibre 11 original (o sus variantes) de 1969, puede recurrir a modelos Breitling o Hamilton usados, que cuestan alrededor de 2000 euros. Quién quiera comprar un modelo original vintage del reloj de culto Monaco, como el que llevaba Steve McQueen en la película Le Mans, debe prepararse para una inversión de cinco dígitos.
El Monaco también es indispensable en la actual gama de modelos de TAG Heuer, entre los que destaca el 50º aniversario de la edición especial del Monaco GULF, que presenta hábilmente la cooperación con GULF en el dial con un aspecto retro.
El tercer rival: Seiko
Mientras los dos rivales anteriormente mencionados trabajaban febrilmente en Suiza para crear sus cronógrafos automáticos, Seiko también se mantenía ocupada en Japón. A diferencia de Zenith y especialmente de Heuer, que organizó la salida al mercado de este tipo de reloj, el movimiento Seiko 6139 apareció casi por sorpresa.
Jack Heuer dijo más tarde que el, por aquel entonces, director de Seiko había aprovechado una visita a la ciudad a la Baselworld de 1969 para felicitarlo por crear el primer cronógrafo automático, pero en la misma Baselworld se presentó el Seiko 6139, que ya estaba en el mercado japonés.
El 6139 es visualmente más bien funcional: los relojes en los que se incluyó no eran modelos de alta gama ni de prestigio. Esto beneficia al comprador actual: un Seiko 6139-6002 «Pogue», así llamado porque el astronauta William R. Pogue lo llevó en su misión espacial, está actualmente disponible por sumas medias de tres dígitos. La referencia 6139-7020 es igual de barata, menos colorida, pero con una caja elegante.
El calibre 6139 ya no se produce. Sin embargo, debido a la amplia y asequible gama de modelos antiguos de Seiko, es fácil recomendar qué modelos merece la pena comprar.
Si no desea comprar un reloj de segunda mano o si los diseños de Seiko de esa época resultan demasiado inusuales, merece la pena prestar atención a los cronógrafos actuales de Seiko. El Seiko Presage Chronograph SRQ025J1 se puede comprar ahora por unos 1500 € y cuenta con un calibre de vanguardia.
Entre la nostalgia vintage y la innovación
Con Zenith y Heuer, somos especialmente conscientes del estatus de culto de El Primero y del Calibre 11. Esto se refleja en los numerosos homenajes, nuevas ediciones y abundante marketing creado por la empresa. Pero no nos durmamos en los laureles.
Con el Defy el Primero 21, Zenith ha presentado un sucesor innovador y digno de El Primero. Esto no desplazará al original del catálogo del fabricante, pero muestra que está dispuesto a salir de la sombra de sus logros pasados. Breitling tiene hoy una moderna planta de fabricación, la B01, que incluso suministra a Tudor. Seiko ofrece, como se mencionó en la sección anterior, creaciones propias contemporáneas, incluso para modelos de precios más bajos.
En resumen, los fabricantes prestan atención al presente y al futuro, y se dedican tanto a sus modelos históricos como a las nuevas creaciones. Los aficionados que quieran hacerse con una parte de la historia relojera de los últimos 50 años pueden, por lo tanto, disfrutar de una amplia gama de ofertas.
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