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Ebel: Arquitectos del tiempo desde 1911
A lo largo de sus 100 años de historia y tradición, la manufactura relojera Ebel, se ha caracterizado por presentar un catálogo de relojes femeninos y masculinos con un diseño clásico atemporal y una estética sutil y elegante.
La casa relojera Ebel se distingue por ofrecer relojes con una elegancia exquisita donde la fluidez de las líneas y la sensualidad de las curvas son las protagonistas. Casi el 80% del catálogo de Ebel se dirige a un público exclusivamente femenino. De hecho, la colección Beluga, una de las más exitosas de la casa, lleva un nombre que no ha sido elegido al azar. Las curvas de estos prestigiosos relojes fabricados en acero inoxidable aluden a la singular y redondeada forma de la cabeza de una beluga, también conocida como ballena blanca. Sin embargo, Ebel también presenta relojes de hombre y mujer con un toque más deportivo en la colección Sportwave que se caracteriza por lucir su inconfundible brazalete compuesto por eslabones de acero inoxidable en forma de ola que a menudo combina dos colores. Este brazalete, que se ha convertido en la seña de identidad de la casa, fue introducido por primera vez en la colección Sport Classique en el año 1977. Otra colección con encanto es la 1911. Esta hace referencia al año de fundación de la compañía y también presenta una colección dirigida tanto al público femenino como el masculino.
La historia de la casa Ebel se remonta al 15 de julio de 1911 cuando la pareja Eugène Blum y Alice Lévy fundaron la compañía en la idílica ciudad de La Chaux-de-Fonds, la cuna de la relojería suiza. El nombre de la marca Ebel, esconden el acrónimo Eugéne Blum Et Lévy. Poco después de registrar la sociedad, la pareja empezó a fabricar los primeros relojes de pulsera. Los siguientes años se dedicaron por completo a la fabricación de relojes para otras marcas bajo la actividad conocida como 'Private Label'. El nuevo relevo generacional llego con el nieto Pierre-Alain Blum, quien en 1975 dio el impulso definitivo a la compañía con la producción de relojes para la casa Cartier. Pierre-Alain también fue el creador del exitoso modelo Sport Classique y su inconfundible brazalete de eslabones con ondeadas curvas. La compañía dio un salto internacional comercializando relojes exclusivamente para el mercado norteamericano con el nombre de «Paul Breguette». Sin embargo, en el año 2004, la marca pasó a pertenecer al grupo Movado.
La técnica más innovadora de Ebel
Bajo la dirección de Pierre-Alain Blum, se definieron los valores empresariales que atribuídan máxima prioridad a la calidad de la producción. Blum tenía muy claro que incluso la fabricación de cajas, brazaletes y esferas debía realizarse en Suiza, y por ese motivo rechazó la propuesta de producir parte de la producción en Asia. En la actualidad, la marca sigue fiel a sus valores y hace gala de su alto grado de tradición arraigados en el arte de la relojería suiza. En los talleres de Chaux-de-Fonds, los relojeros desarrollan tanto movimientos mecánicos como movimientos electrónicos de cuarzo. De hecho, la creación de calibres automáticos goza de una larga tradición en la casa relojera. En el año 1928, Ebel introdujo el modelo automático Ebello, un reloj de bolsillo con un mecanismo de deslizamiento patentado que acciona el barrilete. Otras de las grandes innovaciones de esta casa fue el calibre 96 de cuerda manual y oro macizo presentado en el año 1955 y que tan solo media 1,7 mm de altura.
Entre las innovaciones más recientes, destacamos el calibre automático 137 desarrollado en colaboración con la casa Nouvelle Lémania. Los maestros relojeros invirtieron cinco años en desarrollar este calibre con certificado de cronómetro que finalmente fue presentado en el año 1995. Su construcción se inspiró en el movimiento Lemania 1340 que se encuentra en el mercado desde el año 1973, así como en su sucesor, el Lemania 1352. Cabe destacar que el Lemania 1340 es un calibre cronógrafo con un mecanismo de parada de segundero, indicador de 24 horas y una reserva de marcha de 44 horas. Sin embargo, los relojeros de Ebel lograron mejorar el rendimiento del calibre 137 y lo dotaron con una autonomía de 48 horas. El rotor montado sobre rodamientos con bolas permite una carga bidireccional y presenta un diámetro de 31 mm y 6,4 mm de altura. Además, Ebel garantiza una alta precisión certificada por el COSC, Instituto Oficial de Pruebas de Cronómetros Suizos (Contrôle officiel suisse des chronomètres). Dicho calibre late en el interior de los modelos de la colección 1911 BTR, y junto a los calibres automáticos 139, 240 con GMT y 288 con calendario perpétuo, constituye el catálogo de calibres de la casa Ebel.
Clásicos atemporales para hombre y mujer
Eugène Blum y Alice Lévy siempre han prestado especial atención al diseño de sus piezas. Especialmente Alice con su sentido de la estética y la atención al detalle consiguió asentar las bases del carácter de los relojes y logró concebir en los años veinte piezas únicas de joyería como relojes con cajas octagonales o lujosos brazaletes engastados en brillantes, esmeraldas y ónice. En el año 1977, Ebel introdujo el legendario brazalete con eslabones en forma de olas que se convirtió en la seña de identidad de la casa. El diseñador suizo Eddy Schoepfer, fue el responsable de crear esta pieza única que se convirtió en el emblema de Ebel. De este modo nació el modelo Sport Classique con cinco tornillos de oro atornillados en la parte frontal de la caja en armonía con el brazalete y sus característicos eslabones de onduladas curvas.
El Sport Classique es un modelo especialmente masculino que ofrece variaciones femeninas que incluyen el ondulado brazalete. Por ejemplo, las colecciones Classic y Wave ofrecen brazaletes bicolor que combinan el acero inoxidable con un elegante acento en oro. Además, plasma sobre la parte frontal de la caja cinco tornillos de oro, y engasta algunas versiones de la colección con 40 diamantes sobre el bisel. Las colecciones Beluga y Brasilia se distinguen por lucir cajas octagonales muy similares a las de los relojes de las casas Cartier y Jaeger-LeCoultre. Por último, Ebel también sorprende con modelos un poco más desenfadados fabricados en cerámica blanca o negra en la colección X-1 que armoniza elementos clásicos y modernos.
Los relojes Ebel de los famosos
A finales de los años ochenta, los prestigiosos tenistas Boris Becker y Andre Agassi fueron los protagonistas de las campañas de publicidad de la casa Ebel. También la supermodelo alemana Claudia Schiffer consiguió cautivar a los amantes de la relojería con un Ebel ceñido a su muñeca. Con su eslogan "Arquitectos del tiempo", Ebel también nos ha enseñado una faceta que muy pocos conocen: restaurar edificios antiguos como el que se encuentra en el corazón de Manhattan, y que en la actualidad, se halla la sede norteamericana de la firma. En La Villa Turca in La Chaux-de-Fonds, se encuentra departamento de prensa y relaciones públicas de la compañía.